miércoles, 7 de agosto de 2013

Despedida de Gertrudis

El día 24 de julio de 2013 la profesora Gertrudis del Carmen Laferte Leyton se acogió a jubilación. La escuela, a manera de reconocimiento le hizo una despedida que contó con la presencia de todos los estamentos en una ceremonia cargada de emociones y gratitud.


Palabras a Gertrudis

Con la humildad que la caracteriza llegó un día como Asistente de Párvulos y participa junto a la Educadora de la época (Carmen Luz Ledezma Ocares) en la creación del primer curso de parvularios en la historia de la escuela, no conforme con aquello y en su afán de superación logra titularse como Profesora de Educación Básica, encontrando en esta actividad una rica veta para canalizar sus aptitudes y habilidades, logrando el reconocimiento de padres, apoderados, alumnos y profesores por los éxitos que va acumulando en su carrera funcionaria.

Trabajadora incansable que va dejando su vida en las aulas en pro de sus convicciones y contra las barreras que le pone cada día la sociedad a su accionar de maestra. La salud se deteriora pero no es motivo para cejar en su empeño de ser cada día mejor.

Es que la escuela tiene esa atracción que envuelve y apasiona y Gertrudis asume en consecuencia, nada deja al azar en una búsqueda interminable de un perfeccionismo que no existe pero que de igual manera invita a ser mejores y nos embarcamos en perfeccionamientos, cursos, seminarios, postítulos, hasta evaluaciones docentes con  portafolios interminables y duros.

Ni siquiera requiere de reconocimientos, le basta un abrazo y un beso de compañeros agradecidos de haber tenido la oportunidad de compartir por tantos años, amigos que van aquilatando sus experiencias para replicar después cuando les toque vivir situaciones similares.

Confiesa su dolor frente a las tecnologías, a pesar que  no le hablan mucho igual se la juega por ponerse a tono con los tiempos y enfrenta LMC, Galyleo, Escuela Digital, y aunque parece rendirse, su interior la impulsa a asumir estos desafíos como cosa nueva y más aún le asigna la importancia que tienen en las nuevas y viejas formas de hacer educación.

En esa carrera interminable de quehaceres se nos acaba el tiempo y sin darnos cuenta, hemos quemado otra etapa de nuestra vidas, entonces acogerse a jubilación, dejar la docencia no significa el fin de nada, sino el comienzo de otra vida, en otros derroteros que al igual que este, tendrá que aprender y enfrentar con la misma entereza y entusiasmo por el aprendizaje de nuevas formas donde estén presentes sus desafíos laborales, la familia, sus amigos, su iglesia y levantar la cabeza y decir.. ahí vamos de nuevo Gertrudis…..

Desde el fondo de nuestros corazones agradecemos lo que significó tu presencia en nuestros destinos, estamos convencidos que será difícil reemplazar lo vivido, pero la vida sigue y has sido parte importante de la historia de la escuela Manuel Orella.

Gracias Gertrudis, te deseamos un mundo pleno de felicidades en lo que decidas hacer, ofrecemos nuestros más sinceros deseos de colaboración y siempre nos tendrás dispuestos en la hora que nos requieras.

Una y mil veces gracias.

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